Esta historia de mitología griega de amor tiene de protagonista a Narciso y Eco hijos de deidades que tuvieron un fin de desdicha y que sus historias se relacionan entre sí.
El mito de Narciso
A Narciso, el vidente Tiresias ya le predijo de recién nacido que viviría muchos años, siempre y cuando no se viese a sí mismo reflejado.
El niño creció y a los 16 años Narciso era un joven apuesto, guapo, alegre que despertaba la admiración de hombres y volvía locas a las mujeres. Pero su arrogancia y vanidad eran inmensas y a causa de ello, ignoraba los encantos y acercamientos de los demás, para solo quererse a sí mismo.
El mito de Eco
Eco era una hermosa joven de la que se decía que no había persona igual en el uso de la lengua dada su pericia y habilidad por expresarse con adecuadas, bellas y bonitas palabras además de su forma encantadora pronunciarlas.
Pero la Diosa Hera molesta y celosa de ese don, la maldijo para que perdiera su voz y provocando que desde ese momento solo pudiera repetir la última palabra que dijera la persona con la que mantenía una conversación.
El amor de Eco por Narciso
Un día Eco conoció a Narciso y como era habitual en las chicas quedo prendando ante tal apuesto varón.
Su estado de enamoramiento fue aumentando hasta que un día no soportando más su sentimiento y tras seguir a Narciso por un bosque, utilizo la sintonía que tenía con la naturaleza y animales para que le hicieran entender a Narciso el profundo sentimiento de amor de ella hacia el joven, puesto que la chica había perdido su habilidad con la palabra por culpa de la Diosa celosa.
La vanidad de Narciso
El joven Narciso tomó esta propuesta como una ofensa a su belleza, y le dijo riéndose: ¿Cómo una persona con tal defecto como tú osaría pretender relacionarse con el chico más apuesto de Grecia?. Además le gritó que había otras jóvenes más guapas, ricas y bellas que se lo habían propuesto y que ella no era nadie para haberse atrevido.
La tristeza de Eco
Eco rota por el desamor y dolida por tal brutalmente desconsiderada respuesta busco refugio en el fondo de una oscura cueva, donde permaneció hasta el fin de sus días. El cuerpo de eco se marchitó y sus huesos se convirtieron en piedra para formar parte de la cueva. Sólo su voz y peculiar forma de pronunciar las palabras permaneció intacta para ser escuchada
El castigo de Narciso
Narciso siguió viviendo en su forma de ser y la musa Nemesis testigo de cómo había actuado ante Eco y otras jóvenes decidió castigarlo. Haría que conociera lo que era el desamor y no ser correspondido.
Un día de verano Narciso descansaba después de cazar, junto a un lago de superficie cristalina que reflejaba su imagen tal como un espejo, al verse quedo abrumado. Tal fu su fascinación que quedo enamorado de la imagen, poro cada vez que se acercaba a besarla, la imagen desaparecía. Así fueron pasando los días, y el vanidoso Narciso dejo de comer y beber por dolor, hasta que un día quiso terminar con el sufrimiento y se arrojó al lago para buscar la imagen.
Resumen del mito de Narciso
Esta historia de la mitología griega nos muestra que hay que huir de las personas vanidosas y narcisistas. Ya que solo traerán amargor y dolores de cabeza, pues son personas que solo piensan en sí mismo la mayor de ocasiones, y que probablemente terminarán mal.
Obsesionado consigo mismo, Narciso enloqueció, hasta tal punto que la propia Eco se entristeció al imitar sus lamentos.
El joven murió con el corazón roto e incluso en el reino de los muertos siguió hechizado por su propia imagen, a la que admiraba en las negras aguas de la laguna Estigia. Aún hoy se conserva el término «narcisismo» para definir la excesiva consideración de uno mismo.
El mito de Eco y Narciso para niños
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