Ulises y los gigantes Lestrigones

Ulises estaba enfadado y muy dolido por lo que habían hecho sus hombres con el regalo del dios Eolo, pero debía continuar para llegar a ver sus seres queridos y los dioses le enviaron nuevas tormentas tras partir de la isla del dios del viento.

Seis días tuvo que luchar frenéticamente contra las inclemencias del tiempo, al séptimo día los navegantes descansaron con un sol luminoso y un mar en calma.

Y fue entonces cuando divisaron al país de los lestrigones, un lugar escarpado y abrupto con grandes acantilados, con una única entrada por un puerto natural que finalizaba en suave playa.

Ulises, ordenó poner rumbo y remar con fuerza hasta alcanzar la orilla de lo que parecía hasta el momento una hermosa isla.  En el puerto natural de aguas tranquilas fondearon las naves los capitanes de los barcos, pero Ulises, astuto y precavido, como precaución la dejó fuera del puerto, amarrada a un saliente de roca.

Ulises en el país de los lestrigones

Ulises, picado por la curiosidad, subió hasta la roca más alta para tratar de conocer en qué clase de isla se encontraba. El Odiseo solo logró divisar algunas columnas de humo en lo que parecía una isla deshabitada. Entonces decidió enviar a tres hombres a explorar el lugar, el heraldo y dos acompañantes.

odiseo gigantes lestrigones
Ataque gigantes lestrigones

La princesa de Telépilo de Lamos

Siguiendo las huellas de los carros, encontraron a una bella joven que peinaba sus largos cabellos junto a una fuente. Al hablar con ella, conocieron que se encontraban frente a la hija del rey de la isla, ella amablemente accedió a los deseos de conducirlos junto a sus padres los reyes a la ciudad de Telépilo de Lamos su capital.

Enorme fue su sorpresa cuando vieron que esa isla estaba habitada por enormes gigantes y recordaron la historia de la isla habitaba por gigantes que se alimentaban con carne humana. Ante la reina que era una mujer horrible, de mirada macabra e imponente tamaño, comprobaron la veracidad de la leyenda, pues al ver a los tres hombres, le brillaron los ojos e inmediatamente llamó a su esposo, el rey, gritando que había comida.

Antífates el gigante

El monarca, rápido como un rayo, se abalanzó sobre los hombres lanzando fuertes gritos de alegría y tomando a uno de ellos por la cintura, le dio un golpe y luego lo engulló de un bocado. Los compañeros, huyeron espantados corriendo tan rápido como sus pies se lo permitían para avisar al resto de la tripulación de Ulises.

 

ulises lestrigones
Reyes de los gigantes lestrigones

Ataque gigantes lestrigones a Ulises

Tras ellos corrieron una horda de monstruosos caníbales, los lestrigones, dispuestos a darse un banquete. Al llegar al tranquilo puerto, los gigantes arrojaron grandes rocas contra las naves, hundiéndolas fácilmente y a los hombres heridos o moribundos que llegaban a la playa, los arrastraron hasta sus casas para darse un festín.

Ulises, presenció la tragedia horrorizado por la mala suerte de sus hombres, recogió a lo que pudieron llegar a su barco y viendo que nada podía hacer contra esos enemigos de fuerza colosal, condujo su nave, la única que se salvó de la catástrofe, hacia altar mar para afrontar los peligros del mar y estar expuesto a los caprichos de los dioses en la búsqueda de la vuelta a su tierra, la isla de Ítaca.

Otro mitos de Ulises:

 

Deja un comentario