Nausica era la princesa de los Feacios, una bella, gentil y con mucha compasión joven que esa noche había soñado que tenía que acudir al arroyo cerca de la playa de su ciudad para lavar ropa, debía ir acompaña de un carro con mulas. Este sueño le fue inducido por la diosa Atenea.
La princesa Nausica
Nausica a la mañana siguiente con sus damas de compañía, se dirigió al arroyo cerca de donde dormía Ulises y con sus acompañantes estuvo lavando ropa que sería para un futuro matrimonio. Una vez terminado las muchacha se bañaron y se pusieron a jugar con una pelota. Atenea hizo que la pelota cambiara de dirección y la corriente se la llevara rápidamente, todas las muchas se pusieron a gritar.
Este grito despertó a Ulises que cuando salió a ver qué pasaba, temeroso de que nuevo peligro se encontraría, asusto a las mujeres al mostrase completamente desnudo. Todas las chicas salieron corriendo a excepción de Nausica, que no tuvo miedo sino compasión de aquel pobre mendigo sucio y sin ropa.
Ulises explico quién era y le ayudaron a lavarse y le dieron ropa, Ulises acompaño a la ciudad a Nausica quien intercedió para que sus padres lo recibiera.
Ulises y los Feacios
Ulises de nuevo relato sus aventuras en Troya y en su viaje a su isla de origen Ítaca, y los reyes de Feocia ayudaron a a Ulises y tras conocer que era Rey de Itaca quisieron casarlo con Nausica. Ulises rechazo gentilmente pues había mujer e hijos que lo esperaban.
Aun sí, los reyes de los Feacios, a los días y tras descansar Ulises pusieron un barco a disposición de Ulises y este fue llevado a Ítaca junto a varios tesoros de regalo. Ulises en el trayecto quedo dormido, y los marineros no lo despertaron lo dejaron en la orilla de una playa de Ítaca junto a los tesoros.
Al despertar Ulises pensó que lo habían traicionado pero ahí que se le presento la diosa Atenea su protectora y le dijo, Ulises estas en Ítaca y te voy contar la historia de los acontecimientos que le han sucedido a tu familia, tu mujer Penélope y tu hijo Telémaco.
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